Carlos Gruezo no quiere soltar la titularidad en la Tri. El volante tricolor llegó a la Casa de la Selección con un solo objetivo: mejorar su rendimiento. Los números y los videos de las primeras dos fechas de las eliminatorias sudamericanas no fueron buenos. Gruezo fue titular en la derrota ante Argentina y en el triunfo ante Uruguay, en Quito. Es el socio ideal de Moisés Caicedo en la función de recuperar la pelota y generar fútbol ofensivo.
Uno de los primeros críticos de Gruezo es su padre, Carlos, asistente técnico de Luis Zubeldía en Liga de Quito. Siempre tiene la costumbre de grabar los partidos de su hijo y luego le envía editado los minutos donde hay errores. Allí se analiza la forma de como corre la cancha y discuten la forma como se juega. «Siempre lo hemos hecho y seguimos manteniendo esa costumbre de hablar de fútbol», contó Grueso papá en una entrevista con ex figuras del fútbol.
Después del Mundial, Gruezo ha tenido que primero recuperarse de una lesión que no le ha permitido encontrar la regularidad deseada. El DT Félix Sánchez Bas ha sido muy cauto en ir conociendo la personalidad de Gruezo. Es un jugador que en las concentraciones de la Selección no habla mucho y siempre prefiere el perfil bajo.
Sin embargo, su rendimiento se ha ido recuperando en las últimas semanas. La evaluación física y médica del cuerpo técnico de la Tri es buena y hay mensajes optimistas sobre su titularidad. Pero también hay una alarma encendida porque ya tiene una tarjeta amarilla y está al borde de la suspensión.
Para los juegos ante Bolivia, de visitante, y ante Colombia, en Quito, Sánchez Bas confía en tener a Grueso en los dos partidos como el punto de equilibrio en el medio campo. Es el jugador de pierna fuerte que complementa la tarea de Caicedo.
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