Facundo Callejo el goleador que brilla en Macará. El delantero argentino, de 31 años, ha llorado tres veces en el año con el equipo celeste. La última vez fue cuando logró el ascenso a la Serie A con el equipo ambateño y de la emoción rompió en llanto. Las otras dos ocasiones también ha sido de la emoción. Es el mejor momento en su carrera.
Sus 15 tantos sirvieron para que le bauticen como ‘Callegol’ en el equipo ambateño. La emoción le desborda porque cada momento alegre y cada tanto que ha marcado en la Serie B en este año ha valido la pena. “Es mi mejor temporada en muchos años. Me emociona saber que mi familia confió en mi al venir a Ecuador y no les defraudé. No es fácil salir de tu país y triunfar afuera”, cuenta el atacante desbordado de la emoción.
Es una historia con guión de película. En el 2017, Callejo estuvo apunto de dejar el fútbol porque durante seis meses no hallaba equipo. Pensó seriamente en dar un paso al costado. Luego, al año siguiente, se fue a jugar en Venezuela y tuvo otra época de resistencia y convivencia dura. Aprendió a compartir, por ejemplo, el papel higiénico y los alimentos en un país de seria crisis.
El año pasado también se replanteó su futuro en el fútbol quiso volver a experimentar jugando fuera de su país y allí encontró motivación especial en su familia. Su esposa, Mili, y su hija, Roma, se convirtieron en un motor de motivación de mucha fuerza. No fue tan sencillo emprender el viaje a una ciudad nueva y a un país desconocido.
Callejon cuenta que todas las semanas contaba a su mamá que fue el gol que marcó. Y sus números sorprendieron. 15 tantos que empujaron a los ambateños a su retorno a la Serie A. Hace dos meses decidió traer a su madre para que sea testiga de cómo los hinchas coreaban su nombre en los partidos. Rompió en llanto porque sintió el cariño de los hinchas.
Sus goles han llamado la atención de los clubes de la Serie A. Vallejo ya tuvo una reunión con el presidente de Macará Miller Salazar. Allí hubo el primer acercamiento para firmar un contrato para tres años. El argentino sabe que debe aprovechar la vitrina para saltar a otro club. Pero está seguro de que quiere seguir en Ambato. Allí siente el cariño de los hinchas que cada vez le gritan para que siga marcando goles con la celeste.
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