La cancha

Patricio Lorenzo Machado, la voz de Aucas

Patricio Lorenzo Machado, la voz de Aucas. Tiene 72 años de edad y 50 en el oficio del periodismo deportivo. Sus ojos se llenan de lágrimas cuando habla de ‘Papá’ y de los momentos duros, pero también de los alegres. Ha tenido que vivir duras derrotas. Pero también ha tenido satisfacciones con el ‘Ídolo del Pueblo’. Con el tiempo su voz se convirtió en un parlante en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, en el sur de Quito.

En la ‘Caldera’,  la voz de ‘Don Patito’, como le dicen en la ‘Caldera’, emociona y contagia. En los partidos, los hinchas miran a la cabina de Machdeportes, la radio en la que labora. Le saludan, asienten con la cabeza a sus relatos y comentarios. Hay una comunión entre el hincha y el comunicador, códigos sin palabras.

Al igual que Carlos Efraín Machado (+), Patricio Lorenzo habla de la «bendita pelota de fútbol, la que da fama y fortuna». Cuando lo dice se le hace un nudo en la garganta.

«Mi hermano Roberto Omar me dijo que trabaje con él. Entonces yo le puse como única condición que yo transmitiría los partidos del Aucas. Gracias a Dios han sido tantos años junto al equipo y hoy estamos tocando las manos con el cielo», narra con emoción Machado a LA CANCHA.

Uno de los momentos de mayor tensión lo sufrió cuando en un juego de Segunda Categoría perdió la paciencia con un hincha de Anaconda en el estadio de La Joya de los Sachas.

Patricio Lorenzo Machado, la voz de Aucas en Chillogallo

El sonido de una vuvuzela lo enloqueció y se levantó a quitarle el instrumento. Un grupo numeroso de hinchas tuvo que defenderlo y no pasó a mayores. «Hemos acompañado al equipo a todos los rincones donde ha jugado», relata emocionado el narrador

¿Qué cábalas tiene? Machado usa por 20 años un par de zapatos en los partidos de Aucas. «Son de la marca Buestán. Después le paso la factura. Me han acompañado todo este tiempo. Cuando estoy preparando mis cosas para ir al estadio, siempre le digo a mi esposa que me ayude trayendo los zapatos, que no pueden faltar».

Han sido días intensos para el locutor. No ha logrado conciliar bien el sueño. El domingo, después del triunfo  de Aucas 1-0 ante Barcelona en la final de ida en Guayaquil no durmió. En el relato del gol no logró contener las lágrimas. Le desbordó el entusiasmo y pasó sustos cuando su hermano Roberto Omar le dijo que la jugada del gol estaba siendo revisada en el VAR.

Pero toda la adrenalina la sintió en el transcurso de la noche. No durmió, pero volvió de Guayaquil feliz. Ahora se prepara para el partido más importante en la historia del club. Cuenta que tiene un ritual especial en cada partido.

Una de las costumbres que siempre lo caracterizó a Machado, en cada transmisión de los cotejos, fue incentivar el sonido de las matracas. ‘Que suenen las matracas’, pide el narrador desde la cabina y  los hinchas, imantados por su relato, empiezan a hacer sonar el tradicional instrumento en la tribuna.

En la final ante Barcelona no sonarán las matracas grandes, por normativa de LigaPro. Pero, a manera de secreto, Machado cuenta que en su cabina sí tendrá una para hacerla sonar durante la transmisión.

La posibilidad de un Aucas campeón lo emociona, lo moviliza. La espera. Machado es la voz del Aucas. Una voz que narró tristezas y ahora quiere contar la gran hazaña nacional de ‘Papá’.

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